Historia de América Latina
martes, 10 de agosto de 2010
martes, 22 de junio de 2010
Presentación de Nostromo, número 3
NUDOS
Coordinación:
Carlos González Herrera y Sara Ortelli
Frontera. Relaciones y fracturas
Carlos González Herrera y Sara Ortelli
La frontera como noción fundadora de un proyecto de estado-nación en Argentina y en Estados Unidos
María Victoria Crespo
Fronteras de la guerra y guerras fronterizas en Hispanoamérica, siglo XVIII
Diego Andrés Ramírez Giraldo
De vándalos, godos y apaches. La frontera y el enemigo en el norte novohispano colonial
Sara Ortelli
El tema del cautiverio en Esteban Echeverría y Mauricio Rugendas
Martha Delfín Guillaumin
Volviendo a erigir fronteras. La ofensiva mediática contra los pueblos originarios de Argentina
Florencia Roulet
La cuenca amazónica: una frontera de larga duración
Juan Sebastián Gómez y Jacques de Novión
La frontera México-Estados Unidos: un poco de historia para el debate actual
Carlos González Herrera
Pasajes fronterizos: Ciudad Juárez, de ciudad preindustrial (tradicional) a la industrialización tardía
Luis Alfonso Herrera Robles
Poblaciones a través de las fronteras: raza, trabajo, migración y soberanía en el mundo contemporáneo
Aviva Chomsky
Buscando grietas. El desafío de la ley internacional de derechos humanos al muro fronterizo Texas-México
Denise Gilman
A nosotros sólo nos está dado destruir la telefísica… Entrevista a Heriberto Yépez
Fernando Hernández González
Fronteras / intersticios / diversidades
Epistemología, colonialidad y frontera
Alejandro De Oto
Frontera y raza
Julio Esteban Vezub
Istmania: fronteras absurdas, fronteras reales, fronteras mortales
Guillermo Fernández Ampié
Fronteras y territorios
Pedro Navarro Floria
Frontera y arte. La estética rascuache
Paulina Sánchez
Vaqueros contra charros: México en la frontera
Juan Carlos Ramírez-Pimienta
La puesta a prueba del dispositivo: fronteras cinematográficas
Diego Zavala Scherer
Fronteras emocionales
Manuel Cuautle
NAVEGACIONES
POLÍTICA
Cuatro hipótesis y un corolario en torno al golpe de estado en Honduras
Kristina Pirker y Omar Núñez
Los hechos del 1º de marzo de 2008 en Sucumbíos, en el contexto de la internacionalización del conflicto interno colombiano
Sandra Cendejas Grimaldo
Lo viejo y lo nuevo: revuelto y entreverado. Breves notas e interrogantes sobre Bolivia en el 2010
María Laura Ise
Tensiones de un matrimonio de conveniencia: El gobierno de Mauricio Funes y el FMLN en El Salvador
Kristina Pirker
Empobrecimiento del discurso educativo
Florencia Addiechi
LETRAS
Del texto a la imagen: lugares de la verdad en la historieta. Una lectura de Alack Sinner, de José Muñoz y Carlos Sampayo
Federico Reggiani
El campo de la producción, edición y distribución de historietas realistas en Argentina entre 2003 y 2009
Pablo Iván Lomsacov
El caso Mafalda, como experiencia de los límites
Lucas Berone
El eternauta: las relaciones entre conocimiento y poder en las partes primera y segunda de la historia
Sebastián Gago
Desde Amos Oz hasta mi abuela: Apuntes para una teoría de los desvíos literarios
Liliana Lara
CUADERNO DE BITÁCORA
Apuntes de una Habana en extinción
Edgardo Dieleke
Comprendiendo a Cuba
Arantxa Tirado Sánchez
Instantáneas personales desde Cuba
Édgar Adrián Mora
Delincuencia y contrarrevolución
Ismael Hernández Lujano
Foto de papel
Ira Franco
Postales
Rubén Don
Salvador
Carlos Dzul
CULTURA
La Literatura Bolaño en Norteamérica
Tyler C. Stypinski
En la senda de una cultura argentina heterodoxa: Zafra (1966), de los Hermanos Núñez y Ariel Petroccelli
Fabiola Orquera
Arte y Frontera: Las fronteras del arte. Conversación con Mariana Botey
Inti Meza Villarino
La línea de Pavka Segura, una víscera que pulsa
Abigail Pasillas
El cine y las fronteras en México
A.D. Wolf K.
Mercado de pulgas
Inti Meza Villarino
Efemérides, noticias y convocatorias
SOTAVENTO
El inmenso programa. La aventura editorial en el estudio de América Latina
Adolfo Becerril
La marcha hacia el Oeste, de Cassiano Ricardo
Luís Cláudio Rocha Henriques de Moura
La Unión Latino Americana y el Boletín Renovación. Redes intelectuales y
revistas culturales en la década de 1920, de Alexandra Pita González
Leandro Sessa
La Argentina como desilusión. Contribución a la historia de la idea del fracaso argentino (1890-1955), de Andrés Kozel
Guillermo Fernández Ampié
Montoneros, El mito de sus doce fundadores, de Lucas Lanusse
Laura Palma
A medio morir cantando. Rastrojos de la memoria chilena 1978- 1998, de David Benavente
Nicolás Angelcos Gutiérrez
BARLOVENTO
El nacionalismo cultural de Saúl Taborda
Mina Alejandra Navarro
Contribuciones para esclarecer la polémica Kozel-Hernández
Gerónimo Olvera Sinsalida
De la serena dignidad. Homenaje a un librero de Córdoba: Bernardo Nagelkop. In memoriam
Santiago Funes
Conrad-Gide: Nostromo en una carta
Presentación y traducción de Adolfo Becerril y Analhi Aguirre
martes, 11 de mayo de 2010
¿Qué son los paraísos fiscales?
1. Si la jurisdicción no impone impuestos o éstos son sólo nominales. La OCDE reconoce que cada jurisdicción tiene derecho a determinar si imponer impuestos directos. Si no hay impuestos directos pero sí indirectos, se utilizan los otros tres factores para determinar si una jurisdicción es un paraíso fiscal.
2. Si hay falta de transparencia.
3. Si las leyes o las prácticas administrativas no permiten el intercambio de información para propósitos fiscales con otros países en relación a contribuyentes que se benefician de los bajos impuestos.
4. Si se permite a los no residentes beneficiarse de rebajas impositivas, aun cuando no desarrollen efectivamente una actividad en el país.
Una característica de un paraíso fiscal es que en el mismo suelen convivir dos regímenes fiscales diferenciados y legalmente separados. Por un lado, el que afecta a los residentes y empresas locales, los cuales están sujetos al pago de impuestos como en cualquier otro país y, por el otro, el de los no residentes, que gozan de ventajas fiscales y suelen tener prohibida cualquier actividad económica o de inversión dentro de su territorio. Para facilitar la separación de estas dos economías paralelas, usualmente se cuenta con legislación e instituciones especialmente reservadas a los no residentes, como los bancos offshore o las sociedades IBC (International Business Companies).
Otro rasgo identificatorio de un paraíso fiscal suele ser la existencia de estrictas leyes de secreto bancario y de protección de datos personales. Es habitual que los datos de accionistas y directores de empresas no figuren en registros públicos, sino que se encuentren bajo la custodia de su representante legal, el llamado agente residente (registered agent). Estas características han provocado que estos países, a menudo muy pequeños en extensión y población, hayan conseguido acumular un cuarto de la riqueza privada de todo el mundo, según el FMI. Históricamente se los ha acusado de servir de cobijo a evasores de impuestos, terroristas y narcotraficantes que esconden sus identidades tras sociedades offshore, cuentas numeradas, directores fiduciarios, fundaciones, trusts o acciones al portador.
Pueden leer en línea el libro de Christian Chavagneux, Los paraísos fiscales, por aquí.
jueves, 6 de mayo de 2010
Metodología para calcular la producción potencial de drogas en el mundo
De ese total, en 2008, Colombia produjo potencialmente 430 toneladas de cocaína; Perú, 302, y Bolivia, 113 toneladas, lo que equivale entre las dos naciones el 36 por ciento y el 13 por ciento de la elaboración mundial, respectivamente."
Acá el Informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU, donde se detalla la metodología para hacer estos cálculos.
Recomendación cinematográfica
Último texto del curso
El material se encuentra en el fólder 141 del centro de fotocopiado del edificio K.
martes, 4 de mayo de 2010
Texto para la clase del jueves 6 de mayo
jueves, 29 de abril de 2010
Óscar Arnulfo Romero
Recuerdo bien las imágenes que nos llegaron el 24 de marzo de 1980: una televisión reproducía en imagen fija a unas monjas rodeando un cuerpo caído ante un altar. Y una noticia: el arzobispo de El Salvador, Óscar Arnulfo Romero, había sido asesinado mientras oficiaba misa en la capilla del Hospital de La Divina Providencia donde habitaba. Asesinos a sueldo habían hecho aquel trabajo.
A la vieja Europa, aquel hecho ocurrido en un pequeño país de Centroamérica le trajo a la memoria, tal vez de forma lejana, ese otro asesinato histórico trasladado al teatro por Thomas Eliot en Asesinato en la Catedral por los años 30: el del arzobispo de Canterbury, Thomas Becket, asesinado por cuatro sicarios del rey Enrique II durante su homilía de la misa de Navidad en la catedral de su arzobispado en 1170.
Pero si alguno mantenía todavía esa sensación inicial lejana y evocadora, los días que siguieron a aquel domingo de marzo de 1980 debieron precipitarlo sin duda hacia ese estremecimiento unánime: el funeral del 30 de marzo se convirtió en otra tragedia en la que cuarenta muertos y más de doscientos heridos habían sido provocados por las fuerzas de seguridad salvadoreñas y algunos francotiradores. La plaza de la Catedral de El Salvador había sido el escenario de aquella nueva tragedia.Han pasado ya más de veinte años de aquel estremecimiento que, obligatoriamente, nos debía conducir a una reflexión ética sobre lo que había ocurrido, sobre la vida de aquel arzobispo que hasta muy entrados los años setenta estaba afincado en un conservadurismo que daba la espalda a la realidad de su país. Parece que fue 1977 el año en el que la realidad hizo caer a Romero en su camino, no hacia Damasco, sino hacia las clases populares salvadoreñas, centroamericanas y latinoamericanas. Aquel religioso de sesenta años se había metido pueblo adentro de pronto, asediado por la pobreza de sus conciudadanos, por la represión, por los crímenes que los escuadrones de la muerte realizaban contra esa Iglesia que había optado por la solidaridad y el compromiso.
Sus homilías, que en aquellos años se intentaron acallar por tantos métodos, eran denuncia y profecía, esperanza en el cielo pero, también, en la tierra, como si aquel arzobispo hubiera descubierto las causas precisas de la pobreza y las culpabilidades concretas de la represión de los pobres.
Al ejemplo de Óscar Arnulfo Romero están dedicadas estas páginas, tejidas desde hace un par de años por la voluntad y la esperanza de sus conciudadanos y de las mujeres y hombres de buena voluntad de todo el mundo. A su remembranza está dedicado ese sitio, ahora que muchos trabajan por la beatificación de quien, en cualquier caso, es ya uno de los emblemas principales de la lucha por la justicia y la verdad, para la conciencia de muchos creyentes y laicos con memoria del pasado siglo y preocupación por las afrentas y los riesgos del presente.
El sitio dedicado a la memoria de Óscar Arnulfo Romero en la Biblioteca Virtual Cervantes está por aquí.
Calendario de las últimas actividades del curso
Estas son las últimas clases y actividades que realizaremos en el curso:
4 de mayo: Pablo González Casanova et al., EZLN.
6 de mayo: Jorge Volpi, El insomnio de Bolívar (capítulo 2).
11 de mayo: Augusto Zamora Rodríguez, Ensayo sobre el subdesarrollo. Latinoamérica, 200 años después (selección).
13 de mayo: Película Cocalero.
18 de mayo: Entrega de nota. (Se recomienda asistir; no hay cambio de nota).
Recuerden que aún faltan dos trabajos: el que corresponde al cuarto bloque; y el trabajo final.
Características del trabajo final:
1) Extensión mínima de seis cuartillas (espacio y medio, alineación justificada, tipos de imprenta: garamond, palatino, bookman).
2) Uso y referencia de, por lo menos, tres fuentes principales para la realización del trabajo. En el caso de fuentes electrónicas y de internet, privilegiar las fuentes especializadas y con cierto grado de densidad, por sobre las fuentes de referencia inmediata (enciclopedias en línea, p. e.)
3) Reflexión y abordaje crítico del tema seleccionado. Evitar las revisiones monográficas y privilegiar la reflexión densa sobre el tópico elegido.
4) Aparato crítico citado de manera textual, o cuya presencia resulte evidente a partir de las argumentaciones presentadas en el trabajo.
5) El tema es libre, acotándose a los temas abordados en clase a lo largo del semestre. Procurar privilegiar los temas que hacen referencia a la historia de América Latina en el siglo XX.
La entrega de los dos trabajos restantes deberá hacerse en las clases del 11 y 13 de mayo. (No hay prórroga).
miércoles, 28 de abril de 2010
Recomendaciones cinematográficas colombianas
Soñar no cuesta nada (Argentina/Colombia, Rodrigo Triana, 2006).
Rosario Tijeras (Colombia/México/España/Brasil, Emilio Maillé, 2005).
La virgen de los sicarios (España/Francia/Colombia, Barbet Schroeder, 2000).
jueves, 22 de abril de 2010
Guatemala: la tierra arrasada
En Guatemala, luego de la intervención estadounidense para derrocar al gobierno democrático de Jacobo Arbenz Guzmán, el avance de 10 años de gobierno revolucionario es destruido e inicia una férrea persecución en contra de las organizaciones sindicales y sociales.
El papel del gobierno contrarrevolucionario y la admisión de la base de la Helvetia, una base estadounidense establecida con el objeto de ejecutar la invasión de Bahía de Cochinos en Cuba, provoca la indignación de algunos militares de los mandos medios que intentan realizar un golpe de estado a efecto de recuperar la dignidad nacional, el movimiento fracasa y los alzados se ven obligados a refugiarse en la Sierra Madre; allí, se encuentran con los miembros del Partido Guatemalteco del Trabajo, refugiados también por la represión y esta coincidencia, dota de fundamento a la lucha armada, surgiendo entonces el movimiento revolucionario guatemalteco.
Durante el conflicto armado interno, el ejército y los sectores oligárquicos de Guatemala, ensayan toda una serie de estrategias a fin de restarle base y respaldo social a al movimiento revolucionario, muchas de las cuales fueron delineadas directamente por los Estados Unidos en el marco de la guerra fría y especialmente por la denominada “Escuela de las Américas”.
Dentro de ellas, por su crudeza y salvajismo, resalta la denominada “Política de Tierra Arrasada” que, a diferencia de la estrategia militar de tierra arrasada, que presupone la quema de cultivos y animales, en Guatemala esta se extiende a la masacre y exterminio de poblaciones enteras. En sí, tierra arrasada en Guatemala es sinónimo de Genocidio.
Si bien es cierto, el ataque frontal a la población se marca como tendencia generalizada a partir de la Masacre de Panzós durante el gobierno de Kjell Eugenio Lauguerud García y se recrudece durante el Gobierno de Romeo Lucas García (período dentro del cual se da la quema de la Embajada de España y la inmolación de dirigentes campesinos), la tierra arrasada toma forma y exacerba su salvajismo durante el gobierno del General José Efraín Ríos Montt.
Este documental, recoge testimoniales de esa época, el dolor humano que aún no termina puesto que, aunque finalizó la guerra, aún no se termina de desenterrar a todas las víctimas del genocidio y finaliza con una advertencia que se hace cada vez más vigente a partir de que las condiciones de hambre, miseria, exclusión y represión y que originaron el conflicto armado interno, no han sido superadas sino que, por el contrario, recrudecidas.
Pueden seguir viendo este documental en Youtube, por aquí o en Documanía TV, por acá.
miércoles, 21 de abril de 2010
Los Sin Tierra: por los caminos de América
Pueden ver el documental de completo en Youtube, siguiendo por aquí.
Según Naciones Unidas, Brasil se encuentra a la cabeza de los países con una peor distribución de las tierras y la riqueza. El 50% de las tierras cultivables en Brasil están en manos del 1% de la población; creando así millones de familias sin tierra y sin futuro que se agolpan en favelas rodeados de pobreza y violencia. El Movimiento Sin Tierra propone una " reconquista" del campo del cual fueron expulsados y la creación de asentamientos autosostenidos.
En un país con una de las mayores superficies agrícolas del mundo, la tierra no solo es un derecho sino que es una garantía de vida. Amparados por la constitución Brasileña de finales de los años 80, este movimiento ocupa latifundios improductivos reivindicando su justo reparto entre aquellas familias que lo necesiten. De esta forma y con una organización siempre asamblearia el MST ha ido retomando millones de hectáreas en los últimos años y creando asentamientos con escuelas y atención medica. En otras palabras, los integrantes de este movimiento han conseguido recuperar la dignidad robada por los grandes latifundistas y las oligarquías dominantes. Brasil, hoy en día, todavía no ha tenido una verdadera reforma agraria.
Esta lucha por la tierra ha generado cientos de muertes entre el campesinado. Pero el MST sigue creciendo y organizándose.
martes, 20 de abril de 2010
Recomendación cinematográfica
Película de ficción de Marco Bechis sobre el campo clandestino de detención "El Olimpo", durante la dictadura militar argentina. Se puede ver completa en Youtube, por acá.
jueves, 15 de abril de 2010
Trabajo del tercer bloque
Estimados,
les envío acá las características que debe tener el tercer trabajo del curso.
Características para la entrega del trabajo del tercer periodo revisado
Formales:
Extensión mínima de tres cuartillas.
Alineación justificada.
Fuente a 12 puntos (de preferencia Bookman, Garamond o Palatino).
Citar bibliografía referida.
Contenido:
Realizar un texto sobre los tópicos analizados en este periodo: dictadura militar, dictadura unipersonalista, vocación autoritaria, conformación de regímenes militares, represión sistematizada.
La base de esa reflexión deben ser los textos analizados en clase.
Se puede hacer una relatoría de todos los textos abordados.
O la reflexión densa acerca de alguno de los conceptos.
O la profundización sobre alguno de los temas abordados, en cuyo caso se deben utilizar fuentes complementarias.
Género
Ensayo
Relato (siempre y cuando quede manifiesta la apropiación y reflexión de los textos analizados).
NO revisiones monográficas.
Fecha de entrega
Martes 20 de abril (no hay prórroga).
Prof. Édgar A. Mora
Botín de guerra de Julio E. Nosiglia
El 24 de marzo de 1976, un nuevo golpe militar sacudió la sociedad argentina. A partir de esa fecha, el aparato represivo –que ya desde antes venía perfilándose y operando en el país– de aceitados engranajes y bestiales procedimientos, detentó en sus manos la totalidad del poder público. El Estado Terrorista surgió entonces en todo su esplendor, llevando a su máxima expresión la Doctrina de la Seguridad Nacional. En su seno, se abrazaron fraternalmente los representantes de la oligarquía, los de la Patria Financiera y sus primos hermanos de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, verdadera Patria Torturadora a esa altura de los acontecimientos. Desde lejos, el capital multinacional y el imperio aprobaban. Desde más cerca, el Poder Judicial obedecía y la población ignoraba o prefería ignorar, amedrentada. Desde las catedrales, la inmensa mayoría de la jerarquía eclesiástica guardaba un silencio que, no pocas veces, parecía más bien una bendición.
En medio de ese panorama fue que dio comienzo la depredación. En lo exterior, los militares que gobernaban la Argentina eligieron el camino del apoyo a los más reaccionarios regímenes del continente –en ocasiones contribuyeron también a derribar autoridades constitucionales de países vecinos– y el del respaldo a las más sangrientas aventuras intervencionistas yankis. En lo interior, entronizaron el genocidio. De acuerdo con fascistas –y por momentos delirantes–reglas de juego unilateralmente impuestas, miles y miles de ciudadanos mayores de edad o apenas adolescentes, de muy variado compromiso militante –y algunos de ellos carentes de toda actividad política– fueron calificados como potenciales enemigos y pasaron a engrosar las siniestras listas que caracterizaron al Proceso: las de los torturados, las de los fusilados, las de los desaparecidos.
Eran los días de la puesta en marcha de un plan minuciosamente elaborado y dirigido por los jefes máximos de las Fuerzas Armadas y aplicado luego por una suboficialidad y por unos oficiales intermedios netamente verdugos, que aún visten uniforme y levantan –cada vez más– la voz desde los cuarteles. Eran los días de quienes aseguraban su deseo de reimplantar la decencia pero se enancaban en la corrupción, de quienes afirmaban haber llegado para fundar la paz pero traían la muerte, de quienes reivindicaban la propiedad pero robaban, de quienes lagrimeaban de emoción frente a la familia pero la destruían. Eran, en fin, los días de los lobos ya sin pieles de oveja que los disimularan.
Ni los niños se salvaron de ese apocalipsis. También formaron parte de la extensa procesión de las víctimas. Si sus padres fueron los rehenes, ellos se convirtieron en botín de guerra. Ser asesinados durante acciones represivas, ser masacrados en el vientre de sus madres, ser torturados antes o después del nacimiento, ver la luz en condiciones infrahumanas, ser testigos del avasallamiento sufrido por sus seres más queridos, ser regalados como si fueran animales, ser vendidos como objetos de consumo, ser adoptados enfermizamente por los mismos que habían destruido a sus progenitores, ser arrojados a la soledad de los asilos y de los hospitales, ser convertidos en esclavos desprovistos de identidad y libertad, tal el destino que le tenían reservado los uniformados argentinos.
Terribles sus historias. Este libro sólo pretende recoger algunas de ellas. Y las de las mujeres que entre el dolor y la esperanza los buscaron y los seguirán buscando hasta encontrar a todos y hasta que se haga realidad ese clamor que pide castigo a los culpables.
Si quieres bajar el libro de Julio Nosiglia que documenta acerca del secuestro de niños en la dictadura militar argentina, puedes intentar por aquí.
El informe de la CONADEP
Durante la década del 70 la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda, fenómeno que ha ocurrido en muchos otros países. Así aconteció en Italia, que durante largos años debió sufrir la despiadada acción de las formaciones fascistas, de las Brigadas Rojas y de grupos similares. Pero esa nación no abandonó en ningún momento los principios del derecho para combatirlo, y lo hizo con absoluta eficacia, mediante los tribunales ordinarios, ofreciendo a los acusados todas las garantías de la defensa en juicio; y en ocasión del secuestro de Aldo Moro, cuando un miembro de los servicios de seguridad le propuso al General Della Chiesa torturar a un detenido que parecía saber mucho, le respondió con palabras memorables: «Italia puede permitirse perder a Aldo Moro. No, en cambio, implantar la tortura » .
No fue de esta manera en nuestro país: a los delitos de los terroristas, las Fuerzas Armadas respondieron con un terrorismo infinitamente peor que el combatido, porque desde el 24 de marzo de 1976 contaron con el poderío y la impunidad del Estado absoluto, secuestrando, torturando y asesinando a miles de seres humanos.
Continuar leyendo el informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas acá.martes, 13 de abril de 2010
La vida del Che de HGO y los Breccia
Guión: Héctor Oesterheld
Dibujos: Alberto Breccia / Enrique Breccia
Descarga el cómic por aquí.
El desaparecido HGO (una historia argentina)
En el lenguaje de El Eternauta, Héctor Germán Oesterheld (HGO) cumple ahora 87 años. Hijo de padre alemán judío y de madre vasco-española, HGO nació en Buenos Aires el 23 de julio de 1919. No hay fecha para su muerte. En la historia dramática de la humanidad, tal vez el eufemismo más terrible es el de “desaparecido”. El dictador argentino Videla es autor del siguiente aforismo: “No están vivos ni muertos; están desaparecidos”. HGO es un desaparecido. El número 7.546 (en la lista Conade, Comisión Nacional de Desaparecidos). Se sabe que en la Nochebuena de 1977, sus captores le dejaron cinco minutos de visión, sin capucha, que saludó uno por uno a sus compañeros de cautiverio y que cantó con un joven detenido-desaparecido la canción Fiesta de Joan Manuel Serrat. De forma premeditada, sus hijas también fueron hechas desaparecer, por este orden: Beatriz (19 años), Diana (23), Estela (24) y Marina (18). HGO es uno de los más extraordinarios creadores de aventuras del siglo XX. Cambió el perfil del héroe. El Eternauta, su principal creación, una estremecedora ficción premonitoria, atraviesa las fronteras políticas y de los géneros literarios y se erige en un clásico para mayor número de lectores cada día. Una obra homérica del cómic que interpela al género humano.
(Seguir leyendo el reportaje de El país acá).
martes, 6 de abril de 2010
Eduardo Galeano sobre Haití
La maldición blanca
Tomado de: Página/12, Buenos Aires, domingo 4 de abril de 2004.
El primer día de este año, la libertad cumplió dos siglos de vida en el mundo. Nadie se enteró, o casi nadie. Pocos días después, el país del cumpleaños, Haití, pasó a ocupar algún espacio en los medios de comunicación; pero no por el aniversario de la libertad universal, sino porque se desató allí un baño de sangre que acabó volteando al presidente Aristide.
Haití fue el primer país donde se abolió la esclavitud. Sin embargo, las enciclopedias más difundidas y casi todos los textos de educación atribuyen a Inglaterra ese histórico honor. Es verdad que un buen día cambió de opinión el imperio que había sido campeón mundial del tráfico negrero; pero la abolición británica ocurrió en 1807, tres años después de la revolución haitiana, y resultó tan poco convincente que en 1832 Inglaterra tuvo que volver a prohibir la esclavitud.
Nada tiene de nuevo el ninguneo de Haití. Desde hace dos siglos, sufre desprecio y castigo. Thomas Jefferson, prócer de la libertad y propietario de esclavos, advertía que de Haití provenía el mal ejemplo; y decía que había que “confinar la peste en esa isla”. Su país lo escuchó. Los Estados Unidos demoraron sesenta años en otorgar reconocimiento diplomático a la más libre de las naciones. Mientras tanto, en Brasil, se llamaba haitianismo al desorden y a la violencia. Los dueños de los brazos negros se salvaron del haitianismo hasta 1888. Ese año, el Brasil abolió la esclavitud. Fue el último país en el mundo.
Haití ha vuelto a ser un país invisible, hasta la próxima carnicería. Mientras estuvo en las pantallas y en las páginas, a principios de este año, los medios trasmitieron confusión y violencia y confirmaron que los haitianos han nacido para hacer bien el mal y para hacer mal el bien.
Desde la revolución para acá, Haití sólo ha sido capaz de ofrecer tragedias. Era una colonia próspera y feliz y ahora es la nación más pobre del hemisferio occidental. Las revoluciones, concluyeron algunos especialistas, conducen al abismo. Y algunos dijeron, y otros sugirieron, que la tendencia haitiana al fratricidio proviene de la salvaje herencia que viene del Africa. El mandato de los ancestros. La maldición negra, que empuja al crimen y al caos.
De la maldición blanca, no se habló.
—¿Cuál ha sido el régimen más próspero para las colonias?
—El anterior.
—Pues, que se restablezca.
Y, para reimplantar la esclavitud en Haití, envió más de cincuenta naves llenas de soldados.
Los negros alzados vencieron a Francia y conquistaron la independencia nacional y la liberación de los esclavos. En 1804, heredaron una tierra arrasada por las devastadoras plantaciones de caña de azúcar y un país quemado por la guerra feroz. Y heredaron “la deuda francesa”. Francia cobró cara la humillación infligida a Napoleón Bonaparte. A poco de nacer, Haití tuvo que comprometerse a pagar una indemnización gigantesca, por el daño que había hecho liberándose. Esa expiación del pecado de la libertad le costó 150 millones de francos oro. El nuevo país nació estrangulado por esa soga atada al pescuezo: una fortuna que actualmente equivaldría a 21,700 millones de dólares o a 44 presupuestos totales del Haití de nuestros días. Mucho más de un siglo llevó el pago de la deuda, que los intereses de usura iban multiplicando. En 1938 se cumplió, por fin, la redención final. Para entonces, ya Haití pertenecía a los bancos de los Estados Unidos.
Tampoco Simón Bolívar la reconoció, aunque le debía todo. Barcos, armas y soldados le había dado Haití en 1816, cuando Bolívar llegó a la isla, derrotado, y pidió amparo y ayuda. Todo le dio Haití, con la sola condición de que liberara a los esclavos, una idea que hasta entonces no se le había ocurrido. Después, el prócer triunfó en su guerra de independencia y expresó su gratitud enviando a Port-au-Prince una espada de regalo. De reconocimiento, ni hablar.
En realidad, las colonias españolas que habían pasado a ser países independientes seguían teniendo esclavos, aunque algunas tuvieran, además, leyes que lo prohibían. Bolívar dictó la suya en 1821, pero la realidad no se dio por enterada. Treinta años después, en 1851, Colombia abolió la esclavitud; y Venezuela en 1854.
La misión civilizadora concluyó en 1934. Los ocupantes se retiraron dejando en su lugar una Guardia Nacional, fabricada por ellos, para exterminar cualquier posible asomo de democracia. Lo mismo hicieron en Nicaragua y en la República Dominicana. Algún tiempo después, Duvalier fue el equivalente haitiano de Somoza y de Trujillo.
Aristide, el cura rebelde, llegó a la presidencia en 1991. Duró pocos meses. El gobierno de los Estados Unidos ayudó a derribarlo, se lo llevó, lo sometió a tratamiento y una vez reciclado lo devolvió, en brazos de los marines, a la presidencia. Y otra vez ayudó a derribarlo, en este año 2004, y otra vez hubo matanza. Y otra vez volvieron los marines, que siempre regresan, como la gripe.
Pero los expertos internacionales son mucho más devastadores que las tropas invasoras. País sumiso a las órdenes del Banco Mundial y del Fondo Monetario, Haití había obedecido sus instrucciones sin chistar. Le pagaron negándole el pan y la sal. Le congelaron los créditos, a pesar de que había desmantelado el Estado y había liquidado todos los aranceles y subsidios que protegían la producción nacional. Los campesinos cultivadores de arroz, que eran la mayoría, se convirtieron en mendigos o balseros. Muchos han ido y siguen yendo a parar a las profundidades del mar Caribe, pero esos náufragos no son cubanos y raras veces aparecen en los diarios.
Ahora Haití importa todo su arroz desde los Estados Unidos, donde los expertos internacionales, que son gente bastante distraída, se han olvidado de prohibir los aranceles y subsidios que protegen la producción nacional.
Al otro lado, está el infierno negro. Sangre y hambre, miseria, pestes.
En ese infierno tan temido, todos son escultores. Los haitianos tienen la costumbre de recoger latas y fierros viejos y con antigua maestría, recortando y martillando, sus manos crean maravillas que se ofrecen en los mercados populares.
Haití es un país arrojado al basural, por eterno castigo de su dignidad. Allí yace, como si fuera chatarra. Espera las manos de su gente.